EL PUENTE (desde 1957: ayuda a personas internadas en el hospital psiquiátrico de Asunción desde 1990: centro de rehabilitación)

En el Centro de Rehabilitación Psicosocial El Puente, personas con problemas psicológicos o trastornos psiquiátricos encuentran un ambiente amigable y apoyo con terapias individuales y familiares como complemento de su tratamiento psiquiátrico. En un área cedido por el Hospital Psiquiátrico de Asunción se atienden a  usuarios, distribuidos en grupos según sus necesidades e intereses. Es una manera de apoyar el trabajo del Hospital Psiquiátrico al ayudar con el acompañamiento de los pacientes internados y al dar seguimiento a pacientes que fueron dados de alta o que necesitan asistencia constante, pero no internación.

El Puente ofrece a los usuarios de dicho centro actividades de rehabilitación, según un plan terapéutico individualizado, que puede incluir psicoeducación, entrenamiento en habilidades sociales, autocuidado, manualidades, deportes, trabajo en la huerta o carpintería, clases de computación y participación en actividades sociales y espirituales. Aquí se recibe a personas con diferentes trastornos mentales que están internados en el hospital psiquiátrico, al igual que los que no necesitan de internación sino de un acompañamiento terapéutico diario y asesoramiento familiar y laboral.

Con la ayuda de IMSE (Iglesias Movilizándose en Situaciones de Emergencia), el Puente extiende sus servicios a comunidades de todo Paraguay a través de un proyecto llamado Ñemongeta Kuaa. El proyecto consiste en rondas de conversación lideradas por iglesias para sus comunidades. Estas sirven para facilitar el acceso a la salud mental.

Se busca trabajar en red junto con otras instituciones de la misma área, con el fin de buscar en conjunto nuevas soluciones para la problemática de la escasamente atendida salud mental en el Paraguay.

Muchas son las personas que, desde 1990, pudieron mejorar su calidad de vida y reconectarse a su entorno, gracias a su paso por este Centro que precisamente, se constituye en un puente hacia una mayor autonomía en la vida cotidiana, hacia la inclusión social y hacia la sanidad mental y espiritual.